desniversario
0no hay pasado para los amantes
almanaques solamente que se desnumeran
hendidos por la navaja del insomnio
y cada vez que los amantes se desposeen
plegados al pleamar de los desesperados
prolifera un cangrejal de renegaciones
pero ay de vosotros hombres memoriosos
que acudís a contar las monedas de Judas
y ampolláis los labios de la lujuria
porque aquello no es más que el vaticinio de una trampa:
a los amantes las cicatrices se le pierden todas las veces
con esa misma facilidad de que se jactan los paraguas
0 hay que todavía piden sangre:
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