Llega la temporada de elecciones. Y entonces El Político, ese demiurgo por siempre ocupado en la ferviente contemplación del hueco de su ombligo, levanta la cabeza un instante, como si despertara de una larga hibernación o de un largo coma, y decreta: Estamos creando un nuevo espacio y una nueva historia.
Y así los hombres, sabedores de que todo está inventado ya desde hace tiempo, volvemos a creer en ellos.
¡Qué deliciosa es la embriaguez del espíritu democrático!
1 hay que todavía piden sangre:
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