Lo cierto es que uno ejerce milagros cotidianamente. Pero no reside en ello la magia sino en quien posee la mirada preparada para descubrirlos: infinidad de mundos hay que nacen y que mueren en un solo día sin que nadie nunca haya sabido habitarlos.
Los futuros no realizados son sólo ramas del pasado: ramas secas.
5 hay que todavía piden sangre:
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